Knut Frostad, director general de la Volvo Ocean Race y cuatro veces participante en la regata, decidió entregar a los fondos del Museo lo mejor de su colección de su etapa como navegante.
Frostad, de nacionalidad noruega. ¨Para aligerar el peso de las embarcaciones los tripulantes cortaban el palo de las cucharas y al final era imposible cocinar o comer.¨ El problema se solucionó cuando el constructor del mástil de su embarcación le trajo una cuchara hecha con el mismo material, totalmente resistente y muy ligero.“Probablemente sea una de las cucharas más caras del mundo¨, añadió el noruego entre risas.
Knut guardaba con especial cariño su equitación de su primera vuelta al mundo en 1993, denominada por entonces Whitbread Round the World Race. ¨Era muy joven, 25 años, entonces las prendas se hacían a medida y a mano”, recordó con cierta añoranza. ¨Este reflectante en la manga salvó la vida de un miembro de mi tripulación¨, explicó sujetando su anorak de patrón de 1997 con el equipo Innovation Kvaerner. ¨Cayó al agua y levantó el brazo, por suerte con las linternas vimos el destello y pudimos rescatarle¨.
Hans Horrevoets, un buen amigo de Knut, no corrió la misma suerte en la edición de 2005-06 y falleció al golpearle una ola en cubierta y caer al mar.¨Tras perder a Hans pensé que ya había tenido mucha suerte en mis cuatro Volvos y decidí hacer otras cosas”, concluyó.
Knut, que participó en los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992, quiere que otros navegantes sigan su ejemplo y que el Museo logre así tener una colección de la evolución de la reciente historia de la vela oceánica.